sábado, 24 de diciembre de 2016

Not a merry Christmas anymore


Como cuando un hada muere porque un niño deja de creer en ella, la magia fue desapareciendo en esa casa con el paso de los años. Ya no había ninguna ilusión ni motivo de júbilo entre las cuatro paredes frías de la vivienda. No había chimenea que calentara los corazones en esos primeros días de invierno en los que las familias se reunían alrededor de la mesa y compartían sus mejores deseos y alegrías. No quedaban luces que encendieran esa chispa de emoción que antaño la sonrisa de los niños mantenía prendida.

Las sillas alrededor de la mesa estaban vacías y polvorientas porque nadie quería acercarse a una mesa en la que sólo existían los reproches y los lamentos. No existían ya esas melodías que resuenan en tus oídos y hacen que hasta tu cerebro baile de contento, ni esos colores que hacen que tu corazón lata con un poco más de fuerza. Los cascabeles y campanitas que promueven el alborozo de esta época del año habían perdido el ritmo y se encontraban amontonados en un rincón sin que nadie se acordara de ellos ni de su sonido. Las ventanas, contra las cuales chocaban los copos de blanca nieve que caían en el exterior, estaban cubiertas por gruesas cortinas que aislaban ese lugar de cualquier resquicio de felicidad. No había nada, sólo oscuridad; los colores brillantes se habían cambiado por cientos de tonalidades de grises; todo estaba invadido por silencio y tristeza. Sólo existía un vacío que hacía que resonara el eco de los recuerdos y de las lágrimas que se derramaban porque nada era ya lo que fue, un vacío que enfriaba hasta la más tibia de las almas de forma irreparable y que contagiaba a quien se pusiera por delante de una irremediable nostalgia. La magia se había marchado para no volver jamás, la Navidad se había esfumado como se habían ido poco a poco las ganas de estar juntos y de celebrar y no quedaban anhelos por cumplirse porque estaban rotos como las copas de cristal, con las que años atrás habían brindado con algarabía, que se encontraban esparcidas en pedazos por el suelo.

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